9 mar 2014

ESCUDO DEL MOVIMIENTO GNÓSTICO CRISTIANO UNIVERSAL

«En el Templo de la Sierra Nevada, el S.S.S. el Maestro le dio el nombre al grupo que se estaba gestando: MOVIMIENTO GNÓSTICO CRISTIANO UNIVERSAL. Le pregunté, "Maestro, ¿por qué se ha dado el nombre de Movimiento?", y él me contestó de inmediato "porque es una acción en movimiento, el movimiento Gnóstico, es como un tren en marcha, va hacia una meta, igual que un tren, y en una estación se bajan unos y suben otros y el tren sigue su marcha hacia su destino; por ahora soy el conductor y tú el fogonero, el proveedor, el maquinista..."

Ya tuvimos nombre, ahora debíamos tener un emblema, un escudo; el Maestro pidió a la Venerable Logia Blanca ese emblema y la Logia Blanca lo prometió. Pasaron varios días y nada del escudo. Al fin, en el año de 1953, se le dio al Maestro y me contó para que yo lo dibujara."Toma un lápiz y papel -me dijo- y dibuja;
me llevaron a una montaña, se me mostraba un cielo profundo azul oscuro, sin ninguna estrella; al lado de ese cielo profundo se divisa un nuevo cielo tachonado de estrellas, es un cielo claro. Un Ángel dirige ese nuevo cielo. Al fondo resplandecen 4 Ángeles que representan los Ángeles que dijeron 4 épocas y en el centro el 5° Ángel del Apocalipsis, el Guerrero de Marte; y en medio del cielo profundo viene el León de la Ley en actitud de ataque". Al terminar me preguntó "¿Muéstrame qué dibujaste?", y le dije "Maestro, apenas tengo los apuntes". "Bien -me dijo- ahora te toca convertir en gráfico las anotaciones". De inmediato entre en acción. Pasaban días y semanas y nada me salía. Pedí a mi Padre Bienamado iluminación, a los Maestros que me dirigieran, y de inmediato se me ocurrió hablar con un compañero Rotario del Club de Ciénaga, especializado en Heráldica (escudos); el compañero me indicó que lo hiciera constar de 4 partes iguales. Yo busqué la forma de escudo convenido. En el primer cuadro, parte alta, dibujé el nuevo cielo tachonado de estrellas y en el centro una estrella resplandeciente de 5 puntas, y en las 4 esquinas 4 estrellas de 5 puntas. Los otros tres los dediqué al cielo profundo y en el centro de ese cielo al León de la Ley en actitud de ataque. Lo dibujé a colores, se lo presenté al Maestro y me dijo: "Es correcto". Más tarde le hice conocer.

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